-¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
(habría que debatir el temita de lo "equívoco" del lenguaje según Saint-Exupéry)
Cuando hablamos de domesticar animales, el lenguaje corporal es el único que no se presta a malos entendidos, la compañía mutua se transforma en necesidad.
ResponderEliminar"Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo..."
En cambio lo que hace único a un ser humano, entre otras cosas, es su lenguaje en conjunto (el corporal, el hablado, las palabras, las formas, los modos, los usos). Cuando una persona se deja domesticar, empiezan los problemas.